Si me hubieran dicho hace unos años que un antivirus gratuito integrado en el sistema operativo iba a ser una opción, al menos, aceptable para proteger mi ordenador, me habría reído en la cara de cualquiera. ¿De verdad? En aquellos tiempos, Norton, Kaspersky y McAfee reinaban, y todos nos veíamos obligados a comprar suites de seguridad para no quedarnos en pañales frente a virus y troyanos. Pero los tiempos han cambiado, y hoy Windows Defender (o Windows Security, como le dicen ahora) viene de fábrica en nuestros equipos con Windows.
Ahora bien, ¿es realmente suficiente o estamos poniendo todos los huevos en la misma cesta? Vamos a analizarlo, porque aunque Windows Defender ha dado un salto de calidad, no es oro todo lo que reluce.
¿De dónde venimos y hacia dónde vamos con los antivirus?
Cuando empezaba en esto de la informática, tener un antivirus de pago era casi obligatorio. Era como el cinturón de seguridad del coche: lo necesitabas sí o sí. Norton, McAfee, Kaspersky... nombres que aún hoy son sinónimos de protección, siguen siendo indispensables para una grandísima cantidad de usuarios, aunque la verdad es que el usuario básico opta por elegir un antivirus gratis Windows 10 o 11, es decir, por Windows Defender.
Y ojo, que entiendo la lógica: ¿para qué pagar si ya viene incluido? Pero la realidad es que defenderte sólo con lo que trae Windows es como querer protegerte del frío con una chaqueta fina. Sirve, pero no es lo ideal si viene una tormenta fuerte.
¿Entonces, qué ofrece realmente Windows Defender?
Windows Defender ha mejorado un montón. Pasó de ser un programa bastante básico a convertirse en una solución decente que cumple con lo esencial. En las pruebas que he visto (y en mi experiencia), detecta la mayoría de los bichos que uno podría encontrarse por ahí, y las falsas alarmas son mínimas.
Esto suena bien en teoría, pero te diré algo: si te gusta vivir en la cuerda floja y andas por páginas raras, no te confíes solo con esto. Defender funciona bien, pero no es un superhéroe, pretende ser Superman y se queda en Chapulín Colorado.
¿Qué pasa cuando no hay Internet?
Aquí viene uno de los problemas gordos. Windows Defender depende de la conexión a Internet para acceder a la base de datos en la nube, así que si estás desconectado, la cosa se complica. Lo he notado en situaciones donde mi portátil se queda sin red, como en aviones o en zonas rurales.
Esos momentos en los que el WiFi no es opción y necesitas que el antivirus responda... ahí, Defender se queda corto. Si no tiene acceso a la nube, puede que no detecte algunas amenazas. Y eso es un riesgo que no estoy dispuesto a asumir, especialmente cuando sé que los antivirus de pago tienen más recursos almacenados localmente.
¿Por qué optar por un antivirus de pago?
No quiero sonar a vendedor de antivirus, pero Kaspersky y Norton son opciones que sí recomendaría a cualquiera que busque ir más allá de lo básico. ¿Por qué? Bueno, ofrecen cosas que Windows Defender simplemente no tiene.
Hablemos de protección contra ransomware, escaneos más profundos de archivos y un enfoque en la inteligencia artificial que va más allá del típico análisis de firmas que usa Defender.
Además, si tienes una red en casa con varios dispositivos, contar con funciones extra como un VPN o el monitoreo de red es un plus que te puede evitar más de un susto.
Pruebas frente a los 100 principales sitios de malware
Hice la prueba. Me puse a revisar los resultados de Windows Defender contra los 100 sitios de malware más populares. Y, la verdad sea dicha, no salió tan bien parado.
Mientras que otros antivirus sacaron pecho bloqueando casi todas las amenazas, Defender quedó por detrás en algunas categorías, especialmente cuando no estaba conectado a Internet. Esto me recordó la importancia de no subestimar a los virus, ya que las amenazas evolucionan más rápido de lo que podríamos imaginar.
La experiencia lo dice todo
Mira, he visto lo suficiente para decirte que Defender no es un mal antivirus, pero tampoco es el mejor. Es como el café de la oficina: cumple, pero no es el que pedirías en tu cafetería favorita.
Si solo navegas por páginas conocidas y tienes cuidado con lo que descargas, probablemente te vaya bien. Pero si necesitas algo más completo y que funcione en cualquier circunstancia, incluso cuando no hay conexión a Internet, entonces es mejor que pienses en un antivirus dedicado.
Con esto quiero dejar claro que, aunque Windows Defender es útil para la mayoría, su dependencia del Internet y las limitaciones frente a amenazas avanzadas me hacen decantarme por soluciones de pago. Al final del día, cuando se trata de proteger lo que más me importa, prefiero no quedarme con lo mínimo.
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